“Es como la masa negra de la nada que lo va destruyendo todo en La Historia Interminable: el mundo rural está desapareciendo y poco a poco esa mancha negra, ese vacío, está llegando a las ciudades”. La comparación es de Enrique Muñoz, uno de los portavoces de Soria YA, que asegura que el fenómeno de la despoblación está azotando fuerte a capitales provinciales como la suya y avisa de que “es lo que les queda a otras muchas ciudades pequeñas y medianas si los legisladores no le ponen solución cuanto antes”. La misma advertencia la hace Paco Juárez, uno de los portavoces de Teruel Existe, cuando afirma que “con esa segunda oleada de despoblación en marcha, si los políticos no actúan, saldrá perdiendo el país en su conjunto”.
La España que se desangra dice ¡Basta Ya!
Más de media España se vacía: 26 provincias de 8 Comunidades Autónomas (Castilla y León, Castilla La Mancha, Aragón, Galicia, Asturias, Cantabria, Extremadura y Andalucía) pierden habitantes según los últimos datos del Padrón Municipal publicados por el INE a principios de este año; y las estadísticas constatan que cada vez son más las capitales de comarca y de provincia que están siendo golpeadas por este fenómeno. Soria es la provincia menos poblada con 88.600 vecinos, y una de las más envejecidas, seguida de Teruel, con 134.500; ambas, junto con Cuenca, conforman la zona más despoblada de la Europa del Sur. Se han cansado de que el hecho de tener menos vecinos los “penalice” y les “reste derechos, cuando no debería ser así”, y por eso el 31M Soria YA y Teruel Existe lideraron a casi un centenar de plataformas y colectivos de 24 provincias que llevaron su protesta hasta Madrid, hasta el centro del país, para hacerla resonar en las cuatro esquinas. Según sus cálculos, cien mil personas participaron en una movilización “histórica” con la que aseguran que han iniciado la [re]vuelta de esa España vaciada y, en cierto modo, silenciada…hasta ahora. Y están muy satisfechos.
“Satisfechos porque hemos conseguido movilizar a toda esa gente tras casi veinte años luchando, prácticamente en solitario, las dos plataformas para que tanto el Estado como la Unión Europea reconozcan la pérdida de población como un grave problema y atiendan nuestras reclamaciones, ante las que uno y otra siempre han hecho oídos sordos”, explica Paco Juárez de Teruel Existe, que afirma que “estamos creando una España en la que todos tendremos peor calidad de vida: la evidente de los territorios vaciados, que cada día van perdiendo servicios, pero también la silenciosa, la que ataca a las grandes ciudades, cada vez más superpobladas y más afectadas por una contaminación galopante”. Lo mismo piensa Enrique Muñoz, de Soria YA, que considera imprescindible potenciar esa parte del territorio que se está vaciando para que recupere a los que se han ido y pueda atraer gente nueva; “esa España en la que se lleva otro ritmo de vida y gracias a la cual se gestiona el medio natural, porque el futuro del planeta también pasa por nosotros”.
Sin apenas avances dos décadas después
Poco ha cambiado la realidad de estas dos provincias desde que Teruel Existe y Soria YA dieron sus primeros pasos hacia finales de la década de los 90 y principios de la década de los 2000. Paco Juárez le contaba estos días a una periodista belga que muchos ayuntamientos de pequeños pueblos tienen que habilitar sistemas para ir a buscar las medicinas de sus mayores porque no disponen de farmacia y tampoco tienen transporte público regular; que hay muchas localidades cuyos vecinos reciben en furgonetas no solo el pan sino también la fruta, las verduras y otros alimentos de primera necesidad; zonas en las que no existe servicio de telefonía móvil o en las que hay que ir de loma en loma buscando cobertura, por no hablar de que en muchos centros de salud carecen de pediatra “¿Qué pasa, que los niños de la zona rural no tienen derecho a tener pediatra?”, se queja. La vida en estos territorios se vuelve más y más complicada y tampoco es fácil en la capital: recuerda que hace un par de meses más de un tercio de la población de Teruel salía a la calle para protestar por la falta de especialistas en el Hospital Obispo Polanco, “hasta el punto de que llegaron a cerrar por completo los servicios de Reumatología y Otorrinolaringología, y a eso hay que sumarle además la carencia de anestesistas”.
Una situación muy parecida se vive en Soria, como relata Enrique Muñoz, donde “incluso para realizar determinadas pruebas médicas específicas o para someterse a radioterapia y quimioterapia te desvían a Burgos -lo que supone un viaje de ida y vuelta de 300 kilómetros- o a Valladolid, lo que significa 500 kilómetros por una carretera nacional que soporta un intenso tráfico”. Los dos denuncian que se trata de “un agravio comparativo con el resto del país, de una discriminación pura y dura”; critican que no haya especialistas que elijan esos destinos e instan a la Administración a actuar, pero sobre todo la llaman a analizar los motivos por los cuales estos profesionales no quieren trabajar en ciudades pequeñas como las suyas para poder buscar así soluciones, porque ellos lo tienen claro: “son pocos, por lo que están sobrecargados con las consultas y deben hacer numerosas guardias; disponen de escasas posibilidades para continuar con su formación y crecer profesionalmente, y la falta de infraestructuras o el estado de las existentes los echa para atrás a la hora de pensar en desplazarse hasta aquí a diario residiendo en ciudades más grandes”. Paco Juárez destaca que Teruel está a solo 200 kilómetros de Madrid pero carece de conexión directa por ferrocarril, AVE o autovía; de hecho, solo está conectada por vía rápida con Zaragoza y Valencia, dos de las seis provincias con las que limita. Se queja Enrique Muñoz de que “son muchas las carencias que nos impiden competir en igualdad de condiciones: pagamos nuestros impuestos pero no disponemos de los mismos servicios, y a medida que somos menos más caro resulta prestar esos servicios…, pero eso no es culpa nuestra”, concluye. Y se queda con el hecho de que parece que son ya decenas de miles los vecinos “que se han dado cuenta de que todos estos problemas tendrían fácil solución si hubiese voluntad política, si se hiciese política con mayúsculas”.
Pacto de Estado por la España vaciada
“La realidad es que cuantos menos somos menor representación parlamentaria nos corresponde – 2 diputados en el caso de Soria, 3 en el caso de Teruel-, y eso significa que no tienes peso ni fuerza suficientes para hacer oír tu voz y que se atiendan tus reclamaciones”, se lamenta el portavoz de Soria YA, que destaca que con la protesta de hace diez días se han conseguido poner en primer plano problemas comunes a los residentes en un territorio que se traduce en cien escaños o, lo que es lo mismo, casi un tercio del arco parlamentario en un escenario político tan fragmentado como el actual, y a solo unas semanas de las elecciones generales: “Esto les está obligando a replantearse la situación, ven que no les queda otra que empezar a proponer medidas que es lo que, por primera vez, están haciendo”; pero “estamos cansados de retrasos y de promesas incumplidas y exigimos que cada iniciativa vaya acompañada de su correspondiente dotación presupuestaria”, avisa Paco Juárez.
Esas docenas de miles de vecinos exigen un Pacto de Estado avalado por una amplia mayoría parlamentaria, un acuerdo que incluya “medidas de justicia” que se lleven a cabo con independencia de quien gobierne y que pasan por una fiscalidad que haga competitivo el territorio, por garantizar la cohesión social y territorial con infraestructuras viarias y ferroviarias adecuadas al siglo en el que vivimos y, por supuesto, una sanidad digna y de calidad; al tiempo, reclaman soluciones urgentes relacionadas con las oportunidades laborales que se abrirían al disponer de banda ancha en todas estas zonas, fundamental para poder deslocalizar el trabajo, y que los fondos europeos lleguen a donde tienen que llegar, que es a los territorios necesitados. Para Paco Juárez, de Teruel Existe, no es de recibo que el suyo haya sido considerado por la UE un territorio rico porque su PIB por habitante era y es superior al 75% de la media europea, sin tener en cuenta que una pérdida constante de habitantes como la que experimenta desde hace años “genera una convergencia económica aparente que no es real”; recuerda que un informe comunitario de hace un cuarto de siglo instaba a realizar cambios para corregir la situación y que eso no se hizo, por lo que “la provincia ha sufrido una triple discriminación: de las instituciones comunitarias, de las españolas y también de las aragonesas que -critica- han concentrado y concentran buena parte de las inversiones en la capital autonómica”, y pone un ejemplo: en 26 años de existencia del llamado FITE -(Fondo de Inversión de Teruel) creado para compensar la exclusión de las zonas Objetivo 1 de los Fondos Europeos y del Fondo de Cooperación Interterritorial- la inversión es “irrisoria” comparada con lo que se gastó en solo tres años en la Exposición Universal de Zaragoza de 2008. También en Soria YA se quejan de que gran parte de las inversiones se quedan en la capital autonómica.
“Hay que luchar para conseguir soluciones, y la gran manifestación del día 31 en Madrid nos ha demostrado que la gente lo entiende, que está comprometida y dispuesta a seguir adelante. Las autoridades deberían saber que pensamos seguir presionando hasta que se pongan las pilas porque parece que solo responden bajo la presión de la ciudadanía”, dice Enrique Muñoz. “Tenemos que continuar y lo haremos con más fuerza”, se une Paco Juárez.
P.S Podéis encontrar toda la información sobre la plataforma ciudadana Teruel Existe, que cumple a final de este año dos décadas de andadura reclamando un trato igualitario y justo para la provincia, en www.teruelexiste.info. Y en www.soriaya.org tenéis todos los detalles sobre el movimiento ciudadano Soria Ya, que lucha desde hace 18 años contra el olvido institucional de la provincia.