Un documental a ritmo de ‘road movie’ en Planeta África

Eso es África en Cinecleta, nacido de un largo periplo para conocer otros países y otras culturas, para aprender de ellas y ver que hay otra forma de vivir y para más: para devolverles algo a quienes se iban encontrando en el camino en agradecimiento por la acogida que había tenido en otros viajes uno de sus protagonistas, Carmelo López. Un documental que recoge lo compartido con Isabel Segura y que lleva más de siete meses dando pedaladas por España: estos días están en el Festival Internacional de Cine 16 kms de Cañada Real; hoy, jueves 21 de noviembre, proyectan el documental en Hola Por Qué, también en Madrid; la semana que viene en Córdoba… y así van a seguir después de haber hecho ya -entre otras- paradas en Barcelona, Valladolid, Los Silos (Tenerife), Gamarra Mayor (Vitoria), o Bierge y Ascaso (Huesca), cuya Muestra de Cine los premiaba este verano. Vivido y rodado por Carmelo e Isa, dirigido por Juan Zavala y producido por TCM, es el resultado de una experiencia de setecientos cincuenta días y más de 18.000 kilómetros recorridos en bicicleta, tirando y cargando con entre ochenta-noventa quilos él, con alrededor de setenta y cinco ella: buena parte material para acercar el cine a lugares a los que no solo no había llegado nunca sino que ni tan siquiera lo había hecho la electricidad, y para que la historia se pudiese mostrar. Porque África en Cinecicleta son las vivencias de una aventura por catorce países del continente, correspondiendo a la hospitalidad recibida con nada más y nada menos que 216 proyecciones de lo más variado -desde los clásicos de Chaplin o Buster Keaton hasta obras recientes de directores locales-, implicando a los vecinos de cada aldea, que han sido imprescindibles: para empezar, haciendo posible que se viese la película, lo que suponía pedalear todo el tiempo que duraba a un ritmo determinado y constante; y después -por supuesto- como espectadores. “Experiencias impagables”.

“Esa fantástica solidaridad humana de la que no hablan los medios”

Los que pedaleaban eran casi siempre los jóvenes, para demostrar su fortaleza, y pasados ya dos años desde el final de ese viaje Camelo López recuerda emocionado que había cola para hacerlo. Cuenta que la gente en África es, en general, muy natural, espontánea, y que se “doblaba de risa” por cosas que aquí apenas dibujarían una sonrisa, contagiándoles esa alegría a ellos que, estando detrás de la pantalla y sin ver el filme, disfrutaban viviendo lo que habían conseguido con su iniciativa. “Era nuestro regalo. El día podía haber sido bueno o muy duro, pero esas carcajadas con todo el pueblo reunido eran algo increíble. Te tocaban la fibra, sobre todo cuando lo que pretendías era poner en práctica la ley de la compensación, que no es más que intentar devolverles algo de lo recibido a quienes te ayudan, te dan de comer y ponen su choza a tu disposición, incluso sacando a sus hijos para que tengas un catre en el que descansar; corresponderles con algo que estimulase su espíritu como ellos habían estimulado el tuyo”.

Es lo que destaca, la hospitalidad “con la que los acogieron como en ninguna otra parte del mundo”, y él ha viajado por los cinco continentes. Es lo que han tratado de plasmar en el documental: “Que esas culturas, comunidades y personas a las que les cerramos las puertas de Europa nos abren las suyas con una clase que a nosotros se nos caía la cara de vergüenza. Imagínate, europeos recibiendo toda esa solidaridad, sintiendo esa humanidad de la que no nos hablan los medios de comunicación”, dice Carmelo, que explica que la sintieron con mucha más intensidad en las zonas de influencia musulmana. Lo repiten -lo han repetido siempre- en las charlas que dan en colegios, en institutos, en centros sociales y culturales…, cuando además de contarlo proyectaban una grabación de diez minutos montada por un amigo y desde que proyectan África en Cinecicleta: “A los que nos escuchan les choca bastante, porque esa no es la idea que tienen”. También intentan que le llegue al espectador la rabia que sintieron al ver multitud de grandes compañías europeas, estadounidenses, canadienses o chinas “metiendo mano en países tan ricos en recursos naturales y dejándoles las migajas, miserias de hambre y guerra”. Buscan hacernos reflexionar, contándolo “sin filtros”, que nos preguntemos cómo es posible que con toda la riqueza que tienen alrededor tengan tan pocas oportunidades. “¿No seremos de alguna manera cómplices?”.

Asegura que ese viaje de algo más de dos años ha cambiado su forma de ver y vivir la vida, que les ha ayudado a saber distinguir lo que es verdaderamente importante de lo que no. No entiende cómo renunciamos a un intercambio que podría ser tan rico, “porque al llegar a África y estar en contacto con esa humanidad, como la que demostraban nuestros abuelos y que hemos perdido, te das cuenta de que podemos aprender mucho de esas culturas cuando, desgraciadamente, en España nos estamos desconectando”. ¡Y eso que las tenemos al lado! -enfatiza- añadiendo que también es cierto que formamos parte de Europa. Es lo que más valoran de lo que ha sido para ellos una gran experiencia, pero tampoco esconden que no todo lo que han visto en su viaje les ha gustado, sobre todo el papel al que algunas comunidades relegan a los más débiles. “Como en todas partes, ni todo es bueno ni todo es malo”.

“Has creado un monstruo”

Cuenta Carmelo López que es lo que le repite Isabel Segura que, como él, está deseando volver a coger los bártulos -“aligerando el equipo, eso sí”- para emprender una nueva aventura, manteniendo la filosofía y el destino: recorrer de nuevo con su Cinecicleta ese continente donde descubrieron un mundo en el que todo es tan diferente a nuestra forma de entender las cosas, la vida, la muerte, el trabajo, el amor… que le llamaron Planeta África.Nos parece que es allí donde el proyecto tiene más sentido y es más factible, porque cada día puedes atravesar diecisiete aldeas en las que sabes que te van a acoger con los brazos abiertos y van a disfrutar a tope. Seguro que hay lugares de otros continentes donde les haría mucha falta pero son remotos, por lo que resultaría difícil poder hacer tantas proyecciones”. Como no quieren renunciar a marcar ellos el camino están buscando autofinanciarse y esperan ponerse a prepararlo todo en cuanto empiece el nuevo año. Mientras, seguirán con las proyecciones de África en Cinecicleta, sin descartar una gira por pueblos de la España Vaciada como la que hicieron hace dos veranos, a la vuelta de su periplo, que les permitió conocer poblaciones de las que nunca habían oído hablar, en las que pusieron a los vecinos a pedalear para que se pudiese ver la peli en la plaza principal.

Viajar y la ‘bici’ son sus pasiones y esperan seguir disfrutando de las dos mucho tiempo…si les dejan. Carmelo se recupera de un grave atropello sufrido hace más de dos meses y medio cuando iba a trabajar en bicicleta; piensa que probablemente el conductor del coche se despistó, por eso pide que al volante pongamos los cinco sentidos, teniendo todos claro que podemos llevarnos una vida por delante”. El ciclista siempre tiene las de perder.

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