En Vigo, en Zaragoza, en Algeciras y en Santa Cruz de Tenerife: cinco personas sin hogar murieron en España entre el 28 de octubre y el 24 de noviembre pasados, las dos últimas el mismo fin de semana en la localidad insular, y por lo menos uno de esos casos se investiga como muerte violenta. Cada seis días muere una persona sin hogar en nuestro país, donde hay más de treinta mil: ocho mil de ellas viviendo y durmiendo a diario en la calle, lo de dormir es un decir; el resto acude a albergues con plazas temporales. Se calcula que en la Unión Europea hay cuatrocientos mil ciudadanos en esta situación pero, como en el caso español, se trata de una estimación porque no hay datos suficientes ni actualizados para saber exactamente cuántos son. Probablemente sean incluso más. Personas, cada una con su historia, que por circunstancias de la vida dejan de tener un techo bajo el que cobijarse. Pero el sinhogarismo no es una cuestión individual sino un problema estructural porque en el hecho de que alguien acabe viviendo en la calle tienen más peso la pobreza, el desempleo, la dificultad de acceso a la vivienda y la discriminación que las decisiones que haya tomado. Lo dicen en HOGAR SÍ (Fundación RAIS) y saben de lo que hablan porque llevan más de dos décadas trabajando para conseguir que nadie viva en la calle, con la convicción de que es posible.
Casi la mitad de quienes sufren sinhogarismo lleva más de tres años en esa situación. Tres de cada diez tienen enfermedades graves, su esperanza de vida es treinta años inferior a la del resto y su tasa de mortalidad, tres veces más alta, más todavía si se trata de mujeres y jóvenes: “porque vivir en la calle es incompatible con garantizar el derecho a la salud”. Cuarenta y siete de cada cien han sufrido delitos de odio y la inmensa mayoría no lo han denunciado porque no confían en el sistema -algunas agresiones han acabado en muerte-; treinta y uno de cada cien han intentado suicidarse: “porque vivir en la calle mata”. Más de la mitad de las personas sin hogar está buscando trabajo, muchas de ellas desde hace varios años, y una pequeña parte lo tiene pero con un salario tan bajo que no le permite acceder a una vivienda. Es la radiografía de un fenómeno complejo “que tiene su raíz en la desigualdad económica, en la exclusión social, en la falta de acceso a derechos básicos y en la invisibilidad de quienes lo sufren”. Datos, porcentajes que representan a personas, que en HOGAR SÍ reconocen que son alarmantes y asustan. Con Fran Lores, responsable de Comunicación, hemos hablado de la realidad que conforman.
La Noche Sin Hogar
Desde HOGAR SÍ no se cansan de denunciar que los poderes públicos han optado por ponerle parches a esta realidad, incluso por intentar taparla, en lugar de afrontar el problema y tratar de buscar soluciones sabiendo que la principal diferencia entre quien vive en la calle y quien no es que uno de ellos tiene un hogar. Para cambiar su forma de actuar, para lograr una mayor implicación -y no solo suya sino de tod@s- a la hora de acabar con el sinhogarismo, para ponerlo en el centro del debate, para que quienes lo sufren dejen de ser invisibles… en definitiva, para darles voz, Madrid se suma este 7 de diciembre a otras cuarenta y nueve ciudades de medio mundo -desde Nueva York o Londres hasta Brisbane, pasando por Manila, Nueva Delhi o Santiago de Chile- en la celebración de The World’s Big Sleep Out, una experiencia inédita que en España se conoce como La Noche Sin Hogar: será en Matadero, donde la música, el teatro, la reflexión y la solidaridad se darán cita en nombre del sinhogarismo; donde quienes así lo decidan pasarán después la madrugada a la intemperie como pasan todas las del año ocho mil personas en España. La ONU calcula que en el mundo son más de cien millones los que no tienen acceso a ningún tipo de vivienda.
Un evento mundial que busca cambiar la realidad del sinhogarismo. Porque podemos conseguir que nadie viva en la calle. En HOGAR SÍ lo tienen claro.
P.S. Tenéis toda la información sobre La Noche Sin Hogar en la web de HOGAR SÍ https://hogarsi.org