“ELLAS son verdaderas heroínas y deberían ser modelos a seguir”

Las mujeres desplazadas y l@s activistas que luchan por sus derechos tendrían que ser referentes bien visibles, pero en lugar de eso son asesinadas, secuestradas, vejadas, discriminadas, despreciadas, silenciadas o acosadas judicialmente como está sucediendo por ejemplo en la Unión Europea con quienes salvan vidas en el Mediterráneo: “Si la solidaridad no solo es silenciada sino que está perseguida penalmente, ¿dónde estamos? Estamos en el infierno”, pregunta y responde con contundencia Rubén Sánchez, uno de los portavoces de Acampa pola paz e o dereito a refuxio, una iniciativa ciudadana integrada por cerca de sesenta colectivos sociales, culturales, educativos, vecinales, artísticos, sindicales, políticos…y por personas solidarias que colaboran individualmente con este proyecto que promueve la participación y la implicación para tratar de cambiar la realidad que viven más de setenta millones de personas desplazadas forzosas, de las que aproximadamente la mitad mujeres, acercando su cruel día a día y sus testimonios a la opinión pública, poniéndonos en antecedentes para que podamos exigir a los gobernantes que actúen. Explica que tratan de que se sepa lo que está pasando, de acercarnos toda la información y todos los datos de una manera rigurosa para que saquemos nuestras propias conclusiones, convencidos de que la unión hace la fuerza y de que cuantos más seamos, cuantos más datos tengamos, cuantas más circunstancias conozcamos “se podrá conseguir una reacción mucho más humana y solidaria de la que están teniendo Gobiernos como los europeos, que son además los que provocan lo que está sucediendo aplicando una política migratoria que mata, y no solo en el Mediterráneo, porque no sabemos cuántas muertes se producen en el camino para llegar al mar; y esto se debe a la acción de unos políticos que nosotros hemos elegido para que nos representen, por eso necesitamos toda la información para saber a quién votamos”.

Ese es el espíritu de Acampa, que pretende tejer una red de información e intercambio de ideas e iniciativas para buscar, de forma colectiva, avances en la defensa de los Derechos Humanos y -en concreto- del Derecho a Refugio, “que se transgrede en demasiadas ocasiones cuando quien busca acogerse a él procede de un país pobre -que ha tenido que abandonar huyendo de la guerra, de la persecución y de maltratos de todo tipo- porque se le cierran las puertas que sí se abren para otros”. Desde el Movimiento denuncian que la política migratoria europea “está causando un sufrimiento innecesario a cientos de miles de desplazad@s que se juegan la vida por arribar al viejo continente cuando podrían trasladarse a territorio comunitario en cuestión de horas si existiese un sistema de visados humanitarios, algo que reclamó la Eurocámara a finales del año pasado; en lugar de eso, cientos de personas se ven obligadas cada día a cruzar África realizando un trayecto incierto que pueden tardar en recorrer hasta tres años para llegar a una costa donde las alternativas son o subir a una precaria embarcación a ver si la suerte está de su lado y logran llegar a la otra orilla o saltar una valla con concertinas que pueden resultar mortales para ser expulsadas las más de las veces en el mismo día”. Unos riesgos que, tanto en Europa como en el resto del mundo, se multiplican por mil cuando hablamos de refugiadas, cuando las que huyen son mujeres y niñas.

Cuando los riesgos se multiplican por mil

La dureza añadida a cualquier proceso migratorio por cuestión de género ha sido la razón por la cual la tercera edición de Acampa pola paz e o dereito a refuxio, que empieza en A Coruña hoy jueves 20 de junio coincidiendo con el Día Mundial del Refugiado y que hasta el sábado incluirá debates, charlas, exposiciones fotográficas, proyección de documentales y numerosas actividades paralelas, gira entorno a ELLAS, entorno a las más de treinta y dos millones de personas que han tenido que escapar de sus lugares de origen única y exclusivamente por ser mujeres “porque carecen de los derechos más básicos, porque son asesinadas, secuestradas o violadas; porque las obligan a casarse siendo niñas o les practican la ablación de clítoris, además de sufrir -como millones de hombres- persecución por razones políticas, religiosas y/o de etnia, de pasar hambre o de ser víctimas de conflictos armados”. Emprenden así un trayecto “de nuevo doblemente duro y difícil por ser mujeres”, exponiéndose a ser agredidas sexualmente o a convertirse en víctimas de redes de trata de personas que pueden obligarlas a prostituirse en el camino o en el lugar de destino, tanto ellas como sus hijas. Asegura Rubén Sánchez que el drama que sufren las migrantes “es inimaginable y queda tapado cuando se habla de los refugiados en términos genéricos”, de ahí que para el Movimiento sea importante ponerlo en primer plano; también “para que deje de ser invisible como pretenden autoridades como las europeas, responsables de su sufrimiento por no facilitarles un visado que les permitiría entrar a territorio comunitario en condiciones dignas y ‘obligarlas’ a realizar un trayecto doblemente infernal que las marcará para el resto de su vida… si es que consiguen sobrevivir”.

Y la situación no mejora para muchas de las mujeres que lo logran, que se ven sitiadas en campos de refugiados “que se parecen demasiado a los campos de concentración, donde hay quien lleva ya cuatro años esperando una respuesta a su solicitud de asilo en unas condiciones de nuevo más penosas y vulnerables que ellos”, con el riesgo de ser sometidas a violencia sexual y con los Gobiernos poniendo incluso trabas a que las organizaciones humanitarias les entreguen material de higiene básico como pueden ser las compresas. Tampoco aquellas que llegan a un lugar en teoría seguro tienen garantías de que no volverán a ser víctimas de explotación sexual, de violaciones y/o de xenofobia, “y tienen que enfrentarse a una sociedad polarizada con una opinión pública manipulada por la desinformación o por la falta de información veraz, con los socios europeos externalizando la política de fronteras a Libia, Turquía, Marruecos… para situar a las y a los desplazados fuera de nuestro campo de visión con la intención de ocultar lo que sucede, para lo que cuentan con el apoyo de muchos de los grandes medios de comunicación. ¿Cuánt@s migrantes se han quedado por el camino en su periplo por Europa? -se pregunta Rubén Sánchez-, ¿cuántos campos de refugiados que no son reconocidos como tal hay en los países del centro del continente?, ¿qué se sabe del maltrato de los propios Gobiernos a estas personas?”. Y explica que “eso es lo que pretendemos contrarrestar desde Acampa, el apagón informativo, y lo hacemos acercándole a la gente testimonios y experiencias de quienes lo han vivido y lo han sufrido; queremos que todo eso trascienda y se conozca su dura y triste realidad”.

Influir en la política migratoria europea

Son algo más de tres años los que los colectivos e individuos que conforman este Movimiento llevan trabajando para tratar de influir en esa política migratoria europea que mata gente a diario; de hecho, su portavoz nos recuerda que están trabajando para que se reconozca el derecho de asilo por cambio climático teniendo en cuenta que los expertos de organizaciones internacionales como la ONU avisan de que, si no se le pone freno, en las próximas décadas al menos doscientos cincuenta millones de personas se verán forzadas a desplazarse y buscar refugio. Ya han trasladado su demanda a los grupos del Parlamento de Galicia para que aprueben una iniciativa instando al Gobierno español a que lo reconozca, y nos cuenta Rubén Sánchez que están a la espera de reunirse con los distintos grupos del Congreso recientemente constituidos para hacer lo propio con la idea de avanzar a partir de ahí hasta el Parlamento Europeo -sin descartar poner en marcha una Iniciativa Legislativa Popular a nivel comunitario- y hasta la ONU: “Buscamos sensibilizar no solo a los coruñeses y al resto de gallegos y españoles sino lograr que la ciudadanía presione a los dirigentes a nivel europeo y mundial. Nuestra batalla es la de la opinión pública, la del sentido común, porque sabemos que cuando la gran mayoría de la población se indigne y exija a los políticos que pongan fin a este drama, tendremos ganada la guerra a los intereses espurios”.

P.S. En Acampa A Coruña 2019 podréis acercaros a trabajos de reconocidos fotoperiodistas como Anna Surinyach, Lorena Ros, Olmo Calvo o Santi Palacios que documentan la cruda realidad de las mujeres desplazadas; podréis conocer de primera mano la lucha de activistas como Céline Bardet, una de las juristas con más experiencia en crímenes de guerra, Maya Al-Rahabi, voz del movimiento feminista Mujeres Sirias, Jineth Bedoya, impulsora de la campaña contra la violencia sexual No es hora de callar, o Caddy Adzuba, firme defensora de los derechos de la mujer en la RD Congo; asistir a la proyección de documentales de mujeres llamadas a cambiar su mundo… Tenéis toda la información sobre esta edición y sobre lo que es y lo que hace Acampa en la web www.coruna.redeacampa.org

P.S. La instantánea que ilustra el post es de ©Judith Prat/ Boko Haram, unha guerra contra elas.

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